Más fotos sobre China

Según nuestro reportero Ernesto, en algunas de estas fotos podrán apreciar el "modesto acuario de China" ;)

























...y más...

Ernesto en China!

Chicos, Ernesto Castro ..."y Blanco!" (jajaja, recuerdan eso?) está en China!!! Definitivamente, nuestro grupo es internacionalista... ;)
Ahí les dejo las fotos que me mandó.

Mi Lenin, tu Lenin, nuestra Lenin...

Todo tipo de recuerdos me vienen a la mente cada vez que pienso en "La Lenin", buenos y no tan buenos, incluso algunos muy malos. Algo que me dejó un gusto muy amargo fue lo que nos hicieron al final de 12mo grado, cuando prácticamente nos botaron de la escuela casi sin derecho a "Noche Interminable". Y como si no fuera poco, recuerdo que al siguiente año prohibieron a los egresados pasar por la escuela aquel 31 de enero. No fue justo, y es algo que no he podido olvidar ni perdonar a lo largo de estos casi ocho años...
Quizás un par de años más tarde me enteré que le estaban rindiendo un merecido homenaje a todos los ex-estudiantes, retomando la vieja tradición durante el aniversario de la escuela. Desde entonces me propuse volver a ir, para pasar un buen rato de nuevo dentro de aquel recinto, bajo la fiebre "leninista".

Este año el día 31 de enero es sábado, por lo que adelantaron la festividad para el día 29. Este año, a modo de improvisación, me hice el firme propósito de llegarme hasta allá, ...y lo logré :)
Yo sabía que muchas cosas habían cambiado, que ya casi no quedan profesores de los nuestros, que ya no son tres unidades, que ya no hay Instructores de Arte, que ahora hay PGIs (Profesores Generales Integrales), que cada albergue tiene dos aires acondicionados por cubículo, que casi en todas las "salas de estar" han hecho cubículos, que ya no hay tabloncillo, que ya no hay ocas que cuidar, que ya no se hace guardia en la cochiquera. Sé que el tipo de estudiante ha cambiado, que hay otras costumbres, que la forma de divertirse ya no es igual, que ya no se usa la misma música. "No importa" --me dije-- "lo que más me interesa es recorrer los mismos pasillos, y dar riendas sueltas a mis recuerdos, y sonreír sin aparente motivo o lamentarme mirando al horizonte...", y me puse en marcha y llegué pasado el mediodía. Por cierto, para quienes como yo no están/estaban tan seguros de cómo en estos días se puede llegar a la Lenin, la 473 sigue existiendo, y ahora el P13 sale desde el Parque de la Fraternidad y pasa por el Puente de Calabazar.

El último trozo de mi travesía para llegar a la escuela lo hice a pie: me bajé en el semáforo, y caminé por la carretera hasta allá.




Fue gracioso, porque a medida que me acercaba iba experimentando aquel sentimiento de libertad que me invadía a la entrada al pase, y que luego iba perdiendo mientras salíamos el fin de semana rumbo a nuestras casas. Claro, esta vez fue como si no fuera a la misma velocidad, vaya, como en cámara lenta..., pero la sensación era la misma.



Lo primero extraño que me encontré fue que cercaron la escuela y que pusieron un "Grupo Electrógeno" (o al menos eso me pareció).

Lo segundo y tercero se concretan al cartel de "presentación": hay un cartel que indica que ahí está la escuela!, pero dice IPVC (así, sin la E) con toda intención, y no tengo idea de qué pretenden con esas siglas.




Algo que no ha cambiado es que "El Vaquero" sigue quedando en frente ;)




Yo quise llegar como si llegara de pase, y por tanto, entré por la entrada principal y atravesé el Bloque Central. De ahí fui en dirección al tabloncillo... qué decepción!, ni tabloncillo ni cine :( --por suerte, el "Gallo de Mariano" sigue allí.




De ahí, bueno, a recorrer la escuela, recordando viejos pasajes, intentando encontrar caras conocidas.

Al primero que encontré fue a Castillo. No solo sigue "igualito igualito", ¡sino que sigue igualito! Es algo que todavía no me lo creo, luce igual, habla igual, actúa igual, en fin, no han pasado estos ocho años por esa persona que recuerdo como el mejor profesor de Historia que tuve alguna vez. Por supuesto que me preguntó qué hacía y demás, pero lo mejor de todo es que nos recuerda a todos, y me fue preguntando por cada uno. ¡Qué alegría! No solo queda el agradable recuerdo de un profesor sui generis, sino la reciprocidad en su memoria de un pasado persistente, marcado por algunos estudiantes de uno de los tantos grupos a los que ha dado clases a lo largo de sus años de servicio. Me dijo que fuimos un grupo bueno, con buen potencial, con talento y carisma, un tanto malcriados, pero responsables. Eso, viniendo de Castillo, me lo tomo como el mejor de los elogios, ¿no creen?

A quien me encontré luego no fue directamente nuestra profesora, pero yo tuve buena interacción con ella al igual que muchos de ustedes: Liduvina. ¡Qué cariñosa, qué alegre, qué optimista, qué fuerza de voluntad! El próximo año cumple 60 años, y sigue asumiendo la carga de varios grupos de clases a lo largo del docente, y hasta el curso anterior subía hasta el último piso varias veces a la semana para impartir sus clases. La admiro, de veras. Más viejita, sí, pero casi tan joven de espíritu como cuando la dejé de ver.

Santana, ...¡qué clase tipo! A ese le tuve que preguntar si había estado metido en formol, porque coño, una cosa es que no cambien mucho, pero ese cabrón incluso me hablaba como si me hubiera acabado de dar una clase. Ni preguntas de "¿cómo has estado?" o "¿qué de tu vida?". Nada. Todo muy natural: "¡muchachón!, oye, ¿tú no estabas ayer en el Rectorado de la UH a eso de las dos de la tarde? Sí, porque yo estuve por allí coordinando un evento científico para el día ocho y me pareció verte. Déjame ver..., sí, tú mismo eras, tenías el pelo igual que hoy. Por cierto, ¿por qué no llevas a tu hermano al evento? Será allí mismo"... Como les dije, muy natural, nada de sorpresas, muy cordial como siempre. Eso me reconfortó muchísimo. Me hizo sentir como si estuviese de uniforme azul de nuevo.
Me crucé con otros profesores que no nos dieron clases, y que igualmente se mantienen casi idénticos físicamente (¿el microclima de esa escuela estará retrasando tan marcadamente la degradación de las células de la gente que continúa allí?!). A otro que me tropecé fue al que nos dio Geografía, jaja, otro más para la colección. ¡Ah!, un chisme, Santana me dijo que Ángela volvió a la escuela, y que está dando clases en nuestra antigua unidad, pero no la encontré. Caminé por allí bastante, pero nada, en cambio vi a Wilfredo el del grupo 5, que andaba con..., jaja, se los dejo como concurso: ¿recuerdan a este personaje?



Algo que me tiene muy desilusionado es el maltrato que le han permitido a los estudiantes sobre la escuela: ninguna piscina ya vale la pena, todas están pintadas a base de grafitis, con las paredes marcadas por los balones de fútbol, o las pelotas de tenis, o simplemente pedradas por pura maldad, y de igual manera el fondo, ...¡hasta plantas han salido del suelo! Las paredes ya no son azules, ahora son de cualquier color, ya sea blanco, verde o anaranjado!, y muy frecuentemente, "adornadas" por chapucerías a base de sprays o crayolas. Mi hermano me dijo que él no conoce la pista y realmente se me olvidó verificar si seguía allí, ...espero que sí.




El "hospitalito" está mejor que antes, más limpio, más tranquilo, más amueblado, más equipado. No pude subir a los cubículos, pero desde afuera se veían mucho más íntimos y por supuesto, también con aires acondicionados. Recuerdan las guardias en el fondo abajo donde "dormía" la ambulancia? Bueno, creo que ya la escuela no tiene ninguna, todas están centralizadas en la SIUM.



Yo esperaba encontrarme con actividades deportivas, culturales, recreativas, a lo largo de las varias cuadras de pasillo central (¿alguien sabe cuánto mide de largo la escuela?), pero no. En cambio me encontré con mini-recreaciones en cada plaza, y con los preparativos para una actividad en el "Anfiteatro natural" al día siguiente, nada que ver con los egresados.





Curiosamente también coincidió ese día con una visita "importante" a la dirección general de la escuela, por lo que el paso al Bloque Central estaba restringido. Apenas me dejaron tirar una foto.


Una parada obligatoria en mi recorrido era "nuestro glorioso grupo 2", y así fue. El aula estaba cerrada, y nadie cerca por allí, así que lo más que pude hacer fue tirar una foto por encima de la puerta, a través de los cristales, en puntilla de pies.



Algo que recuerdo bastante bien, es que en nuestra plaza de formación siempre se reunía mucho más "público" que en el resto. Esta vez no fue la excepción, ...casi no se podía bailar de lo apretados que estaban!


Y como siempre, hay gente bailando en la plaza, gente entrando y saliendo de la plaza, y gente mirando la plaza :P
Nuestros albergues, ...hmmm, buen punto.


El de las niñas, sucio, muy sucio. A mi cuñada le dio pena tirar esas fotos.



Los nuestros, muchachos, H2 y H3, ahora son de niñas, y cada uno tiene un nuevo ...¿cubículo? en la "sala de estar".


Ambos estaban vacíos, pero el mío tenía la puerta abierta. Hasta nevera tienen!


Mirando el paisaje a la redonda, y a lo largo y ancho de toda la escuela, les puedo asegurar que nuestro parque interior (el que queda entre los bloques G y H) sigue siendo el más acogedor. También pasé por "El bosque de la amistad", pero está más feo :(



Algo que no pude evitar fue sentirme mucho más viejo. Y no me refiero a que ya estoy menos joven, sino a que estoy más viejo. Cada vez que veía a alguien, era mucho menor que yo (y cuando digo mucho menor, me refiero a más de cuatro años de diferencia). Incluso los profesores jóvenes son más "chiquitos" que yo. Me sentí como un veterano alimentándose de recuerdos. Toda clase de manifestaciones sociales desfilaron delante de mí mientras intentaba grabar pequeños videos del momento. Qué cantidad de EMOs!!, o bueno, la versión cubana, que por caribeños que somos todo lo ponemos más tropical.



La pasé bien, no me arrepiento de haber ido. Hay quienes me han dicho que el tiempo que pasaron allí no fue significativo. Hay quienes me han dicho que la pasaron tan bien durante el pre, que no quieren volver y ver el cambio tan drástico que ha sufrido la escuela en todos los sentidos. Hay quienes solo conciben la escuela como punto de reunión entre viejos estudiantes. En cambio, yo, inesperadamente comprendí algo: no importa si me la encuentro vacía, arrasada por los torpes y desconsiderados estudiantes a lo largo de estos años, saqueada de sus patrimonios; definitivamente eso me afectará, me hará sentir triste, sentiré pena y lástima, pero contrastará con mi tiempo, aquel que pudo haber sido mejor, pero que fue "sencillamente genial", y lo más importante, siempre disfrutaré de mis recuerdos en cada paso por los pasillos, por los aéreos, por los parques, en el trampolín, en el bosque, en la circunvalación, en el hospitalito, en los albergues... Y nada mejor que sentarse en el "malecón" del piso de nuestro grupo, o del otro lado en el suelo, mirando hacia el parque y las áreas deportivas, con los pies colgando y recibiendo esa brisa fresca, ese aire puro, o el solecito del invierno durante los cinco minutos entre turnos...